Patchoulight se construye sobre un triángulo olfativo perfectamente equilibrado: el aceite de pachulí, oscuro y envolvente, ofrece su alma amaderada y terrosa; el concreto de iris, con su carácter empolvado y ligeramente mantecoso, aporta sofisticación; y la violeta, sutil y etérea, añade un toque floral que eleva toda la composición hacia una elegancia abstracta. El aceite de sándalo actúa como columna vertebral, aportando suavidad cremosa y un matiz levemente balsámico que hace que esta fragancia se funda perfectamente con la piel.
Patchoulight no grita: susurra con intensidad y misterio.
Un aroma para quienes entienden que la belleza está en los matices y en los silencios.
Notas: Esencia de sándalo, aceite de pachulí, molécula de iris, esencia de grosella, rosa, citronelol, violeta y ambrox