FREDERIC MALLE CARNAL FLOWER

Frederic Malle Carnal Flower

Agua de Perfume Floral

Frederic Malle Carnal Flower se inspira en una flor muy especial. Si la naturaleza ofrece contrastes olfativos, el nardo es probablemente el mejor ejemplo de ello. Estas bonitas flores emanan un olor casi carnal, superponiendo de forma casi milagrosa la frescura de una floristería, una violencia alcanforada (especiada y sensual) y una dulzura cremosa. Este misterioso equilibrio siempre ha fascinado a los perfumistas. 18 meses necesitó Dominique Ropion para crear una versión moderna de este tema, un «Everest olfativo» que solo los perfumistas más talentosos son capaces de alcanzar.

Nariz: Dominique Ropion

Dominique Ropion se formó en el legendario laboratorio Roure Bertrand Dupont antes de empezar a trabajar con Jean-Louis Sieuzac, uno de los grandes técnicos del mundo de la perfumería. Actualmente es un perfumista estrella en IFF. Lo que hace que el trabajo de Dominique Ropion sea especial es la combinación de precisión y libertad, y su búsqueda para crear acordes nuevos y armoniosos emparejando ingredientes que son polos opuestos. Un aventurero que se deja guiar por el instinto, es también extremadamente riguroso en las etapas finales de la formulación de cada una de sus fragancias.

Salida: Frutas acuosas (melón), Notas vegetales y Nardo (aspecto fresco)
Fondo: Nardo (aspecto cremoso) y Almizcle

FREDERIC MALLE CARNAL FLOWER

Componer fragancias como obras de arte, dando rienda suelta a perfumistas famosos, sin límites creativos: esta es la misión de Éditions de Parfums. Desde el principio, en el año 2000, el concepto vanguardista de Frédéric Malle se destacó sobre todos los demás. Dominique Ropion, Jean-Claude Ellena, Maurice Roucel… Una nariz ilustre tras otra reinventaron los códigos de la perfumería de lujo. Retrato de Dama, Flor Carnal, Vetiver Extraordinaire… Todas estas fragancias han pasado a la historia gracias a sus excepcionales formulaciones con las materias primas más puras, obtenidas con procesos como la destilación molecular, que permite aislar la parte más conmovedora de una esencia La elegancia y la impertinencia tejen la temática de cada fragancia, pensada como la extensión olfativa de quien la porta.